miércoles, 31 de octubre de 2018

Descubrimientos

Platón Y La Teoría De Las Ideas

En plena decadencia política de Atenas aparece una de las figuras más notables de la filosofía. Discípulo de Sócrates, protagonista de muchos de sus «diálogos», Platón fue un pensador original y sorprendente. Descubrió que tras la crítica del lenguaje y el sentido de las palabras había que proyectarse hacia conocimientos más sólidos. Intentó encontrar en las «ideas» el conocimiento que parecía escaparse con el «fluir» de la realidad e intuyó que vivir es convivir, trazando con ello las líneas fundamentales de la educación y de la teoría política.

El filósofo y su obra

Platón nació en el año 427 a. C. en Atenas, en el seno de una familia aristocrática. Vivió en su juventud los desastres de la guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta, que supuso el fin de la hegemonía ateniense. A los veinte años conoció a Sócrates y a los cuarenta fundó en Atenas la Academia, que representó el primer centro de formación política e intelectual de la juventud. Murió en el año 347.
Escritor de extraordinarias cualidades literarias, sus obras están estructuradas en forma de diálogos, en los que distintos personajes expresan sus opiniones en un ejercicio constante de estímulo intelectual. Entre estos diálogos, destacan: ApologíaCritónGorgiasCrátiloFedónEl banqueteRepúblicaFedro,Timeo y Leyes.

La escuela de Atenas, fresco de Rafael en la Pinacoteca Vaticana. En el centro, Platón y Aristóteles.

La materia y la idea

En la República, Platón se pregunta por el significado de la justicia y la naturaleza de una sociedad justa, y para responder a estos interrogantes formula una original teoría del conocimiento, ilustrada mediante el conocido mito de la caverna, según la cual son dos los niveles de la realidad:
  • El mundo las apariencias (phainomena), de las sombras, que es el que perciben los sentidos. Éste es el mundo de la materia, compuesto por objetos imperfectos y sujetos a continua mutación.
  • El mundo de las ideas, de la luz, al que se llega mediante el camino del conocimiento. Es el mundo de las formas ideales, perfectas y universales.
El abstracto mundo de las ideas tiene su expresión en las palabras, y por eso Platón se interesa mucho en descubrir la riqueza del lenguaje y en definir los significados de las palabras y conceptos.
Pero las ideas no sólo son conceptos más o menos generales que sirvan para ordenar los diversos sentidos de las palabras, sino que son, además, el fundamento y el modelo del mundo real.

El alma y el conocimiento

Para Platón, el alma o psique es el principio de la vida del cuerpo (por tanto está separada de éste) y se compone de tres fuerzas o funciones:
  • La que entiende, o intelecto.
  • La que quiere, o voluntad.
  • La que siente o desea por debajo de las otras dos.
El alma existe antes que el hombre concreto al que da vida (metempsicosis), y por eso cada individuo ha conocido antes lo que luego llegará a saber. Así, aprender no es otra cosa que recordar, pues en un tiempo anterior el alma ha conocido esa realidad verdadera o mundo de las ideas perfectas, que se identifica con el bien.
La idea del bien es el objeto del conocimiento, y a partir de ella adquieren sentido la justicia, la belleza, la verdad y todas las demás cosas. Al participar del mundo de las ideas y, por tanto, del bien, los hombres tienden a alcanzarlo mediante un proceso de imitación o mímesis.

La educación y la virtud

Junto con el impulso que arrastra al hombre al conocimiento, el hombre que ha salido de la caverna, y que por tanto posee la verdad, siente la necesidad de mostrar a los demás el camino que él ha seguido. El saber no es tal si no se comunica, y a partir de este sentimiento solidario o necesidad de compartir desarrolla Platón su teoría de la educación o paideia.
En relación con la necesidad de la educación, Platón se pregunta si puede el hombre aprender la virtud (areté), es decir, si puede mejorar su propia naturaleza. El objetivo de ese aprendizaje de la virtud o excelencia no es el dominio de los otros hombres, sino el dominio de sí mismo, el «conócete a ti mismo» de la inscripción del templo de Apolo en Delfos. En consecuencia, la enseñanza ha de basarse en la reflexión, como forma de despertar el deseo del bien que duerme en nuestra memoria.

La teoría política de Platón

En relación con el impulso que mueve al hombre a compartir la verdad con los demás desarrolla Platón su teoría del amor (eros) y la amistad (philía), como expresiones de la necesidad que tiene el hombre de proyectarse hacia sus semejantes. Sujeto a múltiples necesidades, el ser humano necesita convivir con los demás en la ciudad, la polis, para la que Platón pretende definir un modelo de organización capaz de establecer su ideal de justicia.
En este proyecto político, que puede considerarse el primer modelo de utopía, Platón señala que, para que la ciudad sea justa y el Estado procure la felicidad a todos los ciudadanos, y no sólo a una clase determinada, es preciso:
  • Definir la idea de la justicia, tal como se plantea en la Apología en relación con la condena de Sócrates.
  • Superar la concepción tiránica de la política, en la que algunos ciudadanos imponen por la fuerza o por el engaño su particular egoísmo.
  • Educar a los ciudadanos y, sobre todo, a los políticos.
  • Lograr que, mediante esa educación, el poder sea ejercido por los más inteligentes y generosos.

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